Alfabetización en la Antigua Roma: Evidencias y Métodos de Enseñanza (Siglos II a.C. - III d.C.)
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La Alfabetización en la Antigua Roma: Un Fenómeno de Masas (Siglos II a.C. - III d.C.)
Entre los siglos II a.C. y III d.C., Roma experimentó una alfabetización primaria de masas, es decir, la capacidad generalizada de leer y escribir. Roma se destacó entre las civilizaciones antiguas por este fenómeno, diferenciándose de aquellas con alfabetización restringida o sin escritura. Como afirma Corbier, Roma no fue la primera en usar la escritura, pero sí la primera civilización antigua con una alfabetización ampliamente difundida.
Evidencias Arqueológicas de la Alfabetización
Un ejemplo notable es el diseño de una teja encontrada en Abruzzo, entre las ruinas del Templo B. Esta teja, hecha de arcilla cocida y escrita con un objeto puntiagudo, lleva además la impresión de pies. La alfabetización en el mundo romano, particularmente durante este período, se evidencia en objetos cotidianos como estas tejas, que, aunque no estaban destinadas a ser leídas, muestran la familiaridad con la escritura.
En el Templo B de Abruzzo se encontraron tejas de arcilla y piedra, con inscripciones en fresco, sin cocción, que incluyen dos textos: uno en latín y otro en alfabeto osco-sannítico. Estas inscripciones, realizadas por esclavos alfabetizados, muestran una escritura dextrorsa, de abajo hacia arriba. Una de las inscripciones, "H(ere)n(neis) L", es un ejemplo de epigrafía prelatina, donde la dirección de la escritura era indiferente. "Detfri", el nombre de una esclava de la familia Herenni, está marcado junto con una huella de pie. La inscripción en latín dice: "Hereneis amica signavist qando ponebamus tegila" ("Hereneis, amiga, marcó cuando poníamos la teja").
La datación de la teja se basa en la del templo, que data del siglo I a.C. Se deduce que la escritura fue realizada por dos mujeres esclavas, Detfri y Amica, quienes imprimieron sus huellas en un acto posiblemente votivo, común en los santuarios. Esto demuestra que incluso individuos de bajo estatus social, como las mujeres esclavas, poseían habilidades de escritura.
El Decumano de Altino y la Enseñanza de la Escritura
Otro ejemplo significativo es el decumano de Altino, una ciudad de la Venecia romana abandonada en el siglo V d.C. El primer decumano, una calle pavimentada de este a oeste con losas poligonales, se fechó gracias a una moneda del 15 a.C. encontrada bajo el pavimento. En esta área se desarrolló un barrio monumentalizado, con el canal "Sioncello" (100 a.C.), que luego fue enterrado. Se observan restos de madera para el atraque de barcos, lo que permite una datación precisa.
En el decumano de Altino se encontraron una serie de grafemas, con letras como G, I, K, y combinaciones de dos letras (AA, AB, AC, AD...) después de agotar el alfabeto. La calle era porticada, y el maestro, conocido como "grammaticus", enseñaba el alfabeto. Los números romanos no eran prácticos para la recomposición de pavimentos, por lo que se usaban números arábigos. Esto indica que el operario poseía una alfabetización primaria, una habilidad que era accesible y de bajo costo. En el siglo II, con la llegada de millones de esclavos a Roma, muchos fueron empleados como grammaticus, o maestros de escuela.
Métodos de Enseñanza según Quintiliano
El libro "Institutiones" de Quintiliano ofrece una visión detallada de los métodos de enseñanza de la época. Las escuelas solían estar al aire libre, en el foro o en calles concurridas. El grammaticus se situaba en una cátedra, y los estudiantes solo necesitaban una tablilla de cera y un estilo para escribir.
Los muros de Pompeya están cubiertos de alfabetos, lo que indica que el primer ejercicio era aprender el nombre y la forma de las letras. Quintiliano describe un segundo ejercicio peculiar: unir la primera letra con la última, la segunda con la penúltima, y así sucesivamente (AX, BV, CT, DS, ER, FQ, GP, HO, IN, KM, L).
El Santuario de Rea Reiquia y los Exvotos
El Santuario de Rea Reiquia es un centro de escritura donde se encontraron miles de exvotos, incluyendo tablillas alfabéticas. Se regalaban estilos de bronce o hierro como agradecimiento a la divinidad. Estas tablillas, algunas bilingües (venético y romano), muestran cómo se enseñaba el alfabeto en los siglos II-I a.C. Los alfabetarios venéticos son predominantemente sinistrorsos.
- Primera fila: Consonantes (N, M, L, K).
- Segunda fila: Vocal A repetida.
- Tercera fila: Consonantes I y U (similar a una K invertida).
- Cuarta fila: Vocal E.
- Quinta fila: Vocal O.
- Parte superior: Sílabas.
El venético usaba puntos para separar las sílabas. El alfabetario latino en orden es el segundo ejercicio de Quintiliano, que también incluye la enseñanza del venético. El tercer ejercicio consistía en escribir palabras bisílabas, trisílabas y cuatrisílabas. Se han encontrado ladrillos inscritos con este tipo de ejercicios.
Ejercicios Avanzados y Uso de la Literatura
El cuarto ejercicio implicaba que el grammaticus enseñara a sus estudiantes pasajes de autores antiguos como Virgilio, Ovidio y Horacio. Los estudiantes debían memorizar, escribir y copiar versos. El quinto ejercicio consistía en modificar versos manteniendo la misma cantidad silábica. Se han encontrado ejemplos de tareas escolares con versos de Ovidio modificados.